La clasificación del Jamón Ibérico va en función de lo que come el cerdo antes de ser sacrificado. Según esto podemos distinguir diferentes tipos de Jamón Ibérico:
Jamón Ibérico de Cebo: este cerdo se alimenta a base de piensos, cereales y leguminosas y es criado en un cebadero.
Jamón Ibérico de Cebo de Campo: el cerdo es criado en el campo, donde se alimenta de pastos y piensos naturales, una alimentación totalmente natural.
Jamón Ibérico de Recebo: el cerdo crece en una dehesa, recibiendo una alimentación similar al anterior pero durante el periodo de montanera es alimentado con bellota, aunque no llega a alcanzar el peso adecuado para ser sacrificado. Para alcanzar este peso (unos 160 kg), el animal es alimentado también con un suplemento de cereales y legumbres.
Jamón Ibérico puro de Bellota: es la máxima calidad del Jamón Ibérico. Al igual que el cerdo de recebo, es criado en dehesas y alimentado a base de piensos y, en el período de noviembre a marzo, durante la montanera, se alimenta de bellotas y pastos, esta vez llegando al peso óptimo para sacrificarlos.
Jamón Ibérico de Cebo de Campo: el cerdo es criado en el campo, donde se alimenta de pastos y piensos naturales, una alimentación totalmente natural.
Jamón Ibérico de Recebo: el cerdo crece en una dehesa, recibiendo una alimentación similar al anterior pero durante el periodo de montanera es alimentado con bellota, aunque no llega a alcanzar el peso adecuado para ser sacrificado. Para alcanzar este peso (unos 160 kg), el animal es alimentado también con un suplemento de cereales y legumbres.
Jamón Ibérico puro de Bellota: es la máxima calidad del Jamón Ibérico. Al igual que el cerdo de recebo, es criado en dehesas y alimentado a base de piensos y, en el período de noviembre a marzo, durante la montanera, se alimenta de bellotas y pastos, esta vez llegando al peso óptimo para sacrificarlos.
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